Muchas empresas juntan todos sus esfuerzos para satisfacer las demandas de un mercado, así muchos productos son desarrollados considerando estudios complejos, que intentan lograr una venta segura. Cuando a un diseñador se le pide un proyecto nuevo, se le suele dar información del mercado o en algunos casos debe investigar al mercado por sí mismo.
Sin embargo, desde hace varios años hay quienes aseguran que el mercado es una falacia. Steve Jobs por ejemplo, jamás hacía investigaciones de mercado para sus productos. Para él, el mercado no sabe lo que quiere hasta que lo ve.
La diferencia con el diseño de producto basado en el usuario y no el mercado, es que el fin no es meramente la venta de ese producto, el fin es solucionarle un problema al usuario. Esa es la cuestión que no parecen comprender grandes empresas como Mattel, que cambian sus “ideales” dependiendo de lo que se vende.


No podemos negar que el cambio del cuerpo de la Barbie es un gran logro, pero no para Mattel, es un logro para la sociedad. La sociedad dejó de consumir sus productos, la sociedad tomó la decisión por ellos, a Mattel simplemente le tocaba cambiar o morir, responder a su mercado.
Por otra parte, cada día vemos más empresas centradas en el usuario, como Twitter. Comenzaron siendo una simple red social de 140 caracteres y se convirtieron en una de las mayores empresas de noticias en el mundo. Los usuarios generan el contenido, Twitter provee la plataforma para que ellos generen.

Todo esto nos hace pensar en las implicaciones de nuestras decisiones como diseñadores. ¿De qué lado quieres estar? ¿De las necesidades reales del usuario o de la necesidad de vender?